¿Y tenemos permiso? … esta es sin duda una frase cada vez más común en una operación minera que busca implementar algún cambio operativo, que pasa por algún tipo de ampliación o simplemente planifica nuevos desarrollos. Es una pregunta que a veces resulta incómoda ya que con el espíritu emprendedor y el sentido de urgencia que se maneja en la mayoría de cambios que enfrentan los proyectos mineros, pasar por la etapa de permisología puede a veces dejarnos una sensación de un proceso retardador y tedioso.
Si desde ya la obtención de permisos ha involucrado un alto esfuerzo y compromiso, lo que viene después es otra historia; es decir el manejo de aquellas obligaciones que se han generado como parte de las aprobaciones ambientales, las continuas inspecciones de las autoridades que “casi siempre” dejan algún tipo de notificación de cumplimiento, los acuerdos continuos que se pueden generar con partes interesadas, además del marco regulador en sí, se traducen y convierten en largas hojas de matrices y registros de compromisos que la única forma de poderlos cumplir en su totalidad es con la asignación de recursos, presupuestos y mucho liderazgo gerencial.
Muchas empresas mineras dan por sentado el cumplimiento normativo y se definen como empresas que ya pasaron hace buen tiempo por la valla de tan solo perseguir el cumplimiento legal, embarcándose en programas voluntarios de excelencia que sobrepasan las obligaciones aplicables en esa jurisdicción.
Es muy válido y resaltable apuntar auténticamente a ser más responsable como organización, sin embargo también es muy importante que los líderes en una operación minera sean conscientes que uno de los más altas tendencias que afronta la minería en los últimos años es sin duda el incremento constante – en algunos países inclusive exponencial- de requisitos legales, de compromisos que surgen de múltiples permisos y otros requisitos con partes interesadas, que ciertamente a aquellos que ven el cumplimiento como algo fijo en el tiempo o como algo estático, pues la verdad es que están muy alejados de la realidad y se exponen a enfrentar situaciones de alto riesgo para la sostenibilidad de las operaciones y de afrontar infracciones.
Pues la pregunta entonces es ¿qué hacer? y ¿cómo estar realmente seguros que, de manera continua hay un cumplimiento total con los requisitos legales?
La tendencia actual en muchas organizaciones conlleva definir recursos para asegurar el cumplimiento de requisitos legales, independientemente bajo qué área o gerencia estos recursos reporten en la matriz organizacional. Lo importante es que las organizaciones sean conscientes que un compromiso de cumplimiento conlleva primero conocer cuál es el marco normativo que aplica a la operación, y luego de definir esto, es necesario interpretar y traducir esos requisitos en acciones que impliquen algún tipo de acción de cumplimiento, definir responsabilidades y seguimiento.
Actualmente existen muchas herramientas digitales, básicamente software de gestión de seguridad, salud y medio ambiente, que permiten de manera muy práctica, poder tener una base de datos sólida de todos aquellos compromisos que asume una organización, y realizar un seguimiento efectivo. El mayor reto siempre se presenta con el dinamismo que adquieren el seguimiento al cumplimiento, ya que muchas veces los compromisos establecidos en permisos o en los condicionantes de aprobación, adquieren una acción que conlleva la ejecución de una actividad de manera frecuente. Algunos ejemplos típicos de este tipo de compromisos son los planes de monitoreo ambiental, volúmenes y flujos máximos de uso de agua o de descarga de aguas tratadas, bombeos de fuentes agua superficial o subterránea, compromisos de controles en generación de polvo para la minería a tajo abierto, controles de estabilidad geotécnica, renovaciones de autorizaciones etc.
Así que, en conclusión, la próxima vez que tu organización enfrente un cambio operacional, asegúrate que siempre los equipos de Seguridad Salud y Medio Ambiente y los equipos de Permisos y Legales, estén informados del alcance de este cambio para definir las necesidades de obtener algún nuevo permiso; y por otro lado recuerda que frente a la pregunta: ¿ estamos seguros del total cumplimiento con nuestros requisitos legales ?, la única forma de estar cien por ciento seguros de responder sí a esta pregunta, es con un enfoque sistémico a la gestión del cumplimiento, con recursos y herramientas que permitan identificar requisitos, interpretarlos, definir “verificadores de cumplimiento”, y los más importante, la ejecución. Si en tu organización la medición del nivel de cumplimiento frente a requisitos legales no forma parte de los indicadores de desempeño y de excelencia operacional, pues quizás hay una oportunidad para reforzar la cultura de cumplimiento.